El futuro de la aviación: ¿cómo volaremos a la COP en 2035?

Junto con todas las áreas de la economía global, el vuelo debe volverse climáticamente neutral. Sin embargo, sigue existiendo una gran incertidumbre sobre qué tecnología, política, finanzas y comportamiento se necesitarán para lograrlo.

Inspirada por un llamado a principios de 2020 de Su Majestad, el Rey Carlos III, para que la industria, la academia y el gobierno se muevan mucho más rápido para llevar la aviación a cero neto, la Universidad de Cambridge estableció el Acelerador de Impacto de Aviación (AIA). El AIA tiene como objetivo acelerar el viaje hacia la aviación sostenible mediante el desarrollo de herramientas basadas en evidencia que permitan a las personas mapear, comprender y comenzar los caminos hacia un vuelo sostenible.

El equipo ahora está trabajando en Journey Impact Simulator, una herramienta que se puede usar para explorar cómo se vería un vuelo de A a B ahora y en el futuro, mostrando las mejores opciones tecnológicas posibles para minimizar el impacto climático mientras le muestra al usuario el comercio. -offs en términos de costo, tierra y electricidad requerida. Esta herramienta extrae resultados del modelo de sistema completo construido por el equipo internacional y multidisciplinario de AIA.

«Lo que estamos tratando de hacer es trabajar con expertos de la industria, el gobierno, la academia y la sociedad civil de todo el mundo para identificar ‘desbloqueos’ que abrirán la puerta a una transformación mucho más amplia en el sector», explica el profesor Rob Miller, líder de AIA. y Director del Laboratorio Whittle, Universidad de Cambridge.

El Dr. Samuel Gabra, un investigador asociado egipcio de la AIA, es un apasionado de ampliar el acceso a la energía mientras se alcanza el cero neto. Al explicar cómo se podría usar el Simulador para explorar un vuelo desde London Standard a Sharm El Sheikh en 2035, dice que el modelo sugiere un avión de combustión de hidrógeno y combustible sintético para aviones como las mejores opciones para limitar el impacto climático.

“Aunque reducimos las emisiones al depender del hidrógeno y el combustible sintético para aviones, esto tiene un costo significativo”, dice Gabra.

Se está comenzando a ver el costo, el terreno y la electricidad necesarios para estas opciones futuras. Por ejemplo, para un solo vuelo de Londres a Egipto en 2035 con combustible sintético para aviones, el requerimiento de electricidad es aproximadamente el 166 % del uso promedio de electricidad per cápita de Egipto por año.

Gabra agrega: “Como vimos, es probable que el futuro de la aviación sostenible requiera una gran cantidad de energía, lo que significa que es imposible que un solo país o región proporcione esta cantidad de energía por sí solo. Esto presenta una oportunidad para que todos los países, especialmente los en desarrollo, participen en el futuro de la aviación sostenible. Al capitalizar sus abundantes recursos renovables, los países pueden actuar como centros para producir electricidad verde y combustible sintético para aviones”.

Es vital que, a medida que el mundo se enfrenta a la adaptación y mitigación del cambio climático, todos los países estén incluidos en el debate sobre las oportunidades y los desafíos. La aviación juega un papel clave en la conexión de nuestro mundo, pero el acceso a las oportunidades económicas y sociales que brinda no están igualmente disponibles. A medida que la industria de la aviación trabaja para transformar el sector, no solo se debe considerar el impacto climático, sino también el impacto en las personas.

Adaptado de un artículo de Aviation Impact Accelerator

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